Faltan solo 13 días para marcharme y he estado pensando que lo que puede ser una experiencia irrepetible debería quedar grabada en algún sitio más que en mi memoria (hola blog!). Pues por todos es sabido que la memoria no es precisamente una de mis virtudes. Además, quizás dentro de un tiempo vuelvo a leer esta página y me envidio, me insulto o me río mucho. Quien sabe... a 13 días lo que siento es puro miedo y cada vez que lo pienso es como si todo un ejército de moscas se instalara dentro de mi estómago.
En fin, el blog me servirá para que los de aquí sepan que hago allí. Ah sí, allí es Porto. El día 13 un avión me llevará hacia al otro lado de la península y ahí restaré como mínimo durante un mes. Aunque si encuentro trabajo me quedaré hasta finales de septiembre. Ahí pasaré mi verano, rodeada de gente que habla un idioma que jamás en mi vida he hablado y que apenas comprendo, a pocos minutos del Atlántico y un poco alejada de los míos. Con las maletas en las manos y una gran pregunta dentro de mi cabeza: ¿conseguiré esta vez volver a comerme un cachito de mundo, o ese cachito de mundo se me comerá a mí?
